La influencer, y partner de Vicky Martín Berrocal en su exclusivísima colección para Carrefour, ha dejado a todos sus followers de pasta de boniato. Bueno, en su caso de 'pasta integral de masa madre', que serán todos 'realfooders' de esos que comen 'healthy' y mil cosas de esas con las que te dan ganas de vomitarles un diccionario de castellano, que se está perdiendo. Y es que Rocío Osorno ha anunciado vía insta stories su ruptura definitiva con el político Jacobo Robatto.
Este matrimonio influencer-normativo (chica joven monísima de la muerte sale con chico algo menos joven con barba y bravura) se casó hace año y medio en la catedral de Sevilla ("ole qué arte Sevilla, ¡viva Triana! Por donde yo piso hay albero", que suelen decir los hispalenses cuando hablan de su tierra natal) tras cuatro año de noviazgo.
Además, Jacobo (Coco para los amigos y 'El Coco' para los de izquierdas) y Rocío tienen en común dos hijos: Jacobo Jr, que ya tiene dos añitos, y Luis, de ocho meses (alguno menos que la pandemia).
"Quiero terminar el año siendo 100% sincera con vosotros. Prefiero ser YO quien lo cuente antes de que empiecen a circular rumores de todo tipo (ya sabemos cómo son las RRSS). Coco (Jacobo) y yo ya no estamos juntos. Ha sido una decisión tomada por AMBAS PARTES. Estos últimos meses hemos tenido muchas discusiones, ya que somos personas muy diferentes de forma de pensar y eso al final va mermando una relación hasta llegar a ese punto", ha revelado la influencer a sus seguidores intentando barrer para fuera de casa lo malo (ritual de Año Nuevo italiano).
Vaya, sin querer-queriendo, Osorno ha dejado entrever que ya no le hacía tanta gracia ese olor a puro, a caballo de escuadra y a bandera de plástico con el águila del bazar chino que traía su marido a casa cuando se iba por ahí con el jefe, Abascal. O quizás, a lo que se refiere con ese "muy diferente de forma de pensar" es a que Jacobo era más de la Pantoja y ella de Kiko Rivera (o al revés), pero la cuestión es que ya dormían seguro como Bigote y María Teresa: con las camas separadas.
Para dejar el dichoso temita de su divorcio a un lado, Rocío Osorno ha querido tranquilizar a la peña (vaya a ser que se pongan a 'hatear' a su ex, como los de Paulina Rubio a Colate) y sincerarse desvelando sin tapujos cómo se siente: "Estoy bien, muy tranquila, tengo la cabeza en mis hijos y mi trabajo (que no es poco) y ya os digo que no ha sido una ruptura traumática ni por otros motivos que no sean los que os he contado. Ya sabéis que en estos temas matrimoniales cuando hay niños en medio es mejor no contar mucho, pero al menos quería aclarar la situación para evitar que se saquen conclusiones que no tienen nada que ver con la realidad".
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