Decir que la vida de Lindsay Lohan ha sido atípica es el eufemismo del año. Pero lo que sí es cierto es que en los últimos meses, la cosa parecía estar bastante tranquila y muchos creían que el causante de este frenazo en seco en el desmadre de la actriz era su prometido, Egor Tarabasov, una relación que la habría asentado y alejado de los problemas. Eso parecía, sí, hasta que vimos la pelea que mantuvieron en la playa y que levantó una polvareda de dudas e indignación sobre esta pareja.
La trifulca no fue más que la guinda del pastel. Ella incluso llegó a disculparle, diciendo que claro, con 23 años es normal ser tan impulsivo. Sin palabras. Estos dos llevan todo el verano en una especie de crisis de la que no parecían capaces de recuperarse. Lindsay le acusó de haberle sido infiel con una prostituta rusa en Twitter, y hasta llegó a insinuar que estaba embarazada en una ristra de tweets memorables que no tardó en borrar.
Todo apuntaba a que la pareja iba a terminar rompiendo y no precisamente en buenos términos. Pero la sorpresa ha sido generalizada cuando Lindsay subía esta foto a su Instagram, llevando todavía el anillo de compromiso y poniendo como acompañamiento un montón de corazoncitos.
¿Qué significa esto? ¿Es que Lindsay quiere seguir teniendo una relación tan tóxica y falta de respeto como ésta? Personalmente, las infidelidades y todos esos tweets que puso –y que algo me dice que no lo hizo en un estado 100% sobrio– pueden ser hasta idas de olla de la actriz, que todos las tenemos. Pero después de ver el vídeo de la pelea, cómo la trata y la zarandea, creía que Lindsay sería más inteligente y le pondría de patitas en la calle. Nada más lejos de la verdad, parece...
Vía | The Hollywood Gossip
Foto | Facebook de Lindsay Lohan
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