Se acercan las fiestas navideñas y ya es hora de ir haciendo planes. Eso parecen saberlo bien Paloma Cuevas y Enrique Ponce, que ya van dividiéndose quién trae los vinos para Nochebuena. Porque sí, esta Navidad toca celebrarla en familia (aunque Ana Soria, querida, aquí parece que no entras tú).
Paloma ya ha comentado y repetido que su decisión de divorcio "es firme", aunque quiere mantener una buena relación con su ex por el bien de las niñas que tienen en común, de 8 y 12 años.
En junio, cuando se había cantado a bombo y platillo que Enrique y Ana Soria estaban juntos, ya fue a visitar a las niñas a La Cetrina, la finca que compró el matrimonio en Jaén. "Paloma nunca ha puesto ningún impedimento y tampoco sus padres" en que Ponce visite la casa familiar para ver a las niñas, aclara una fuente cercana a la revista 'Vanitatis'.
De hecho, dicha fuente asegura que la Cuevas "fomenta la presencia en la vida de las niñas, y siempre que lo desee, Enrique tiene la puerta abierta". El principal objetivo de Paloma es apartar a sus hijas del ojo mediático por el que se han visto arrastrados, que ni el tsunami de 'Lo Imposible'.
Pero esto no quedaría únicamente aquí. Porque, tal y como afirma la revista, Enrique seguiría teniendo una copia de la casa de Madrid para entrar y salir de ella cuando le viniera en gana, como Heidi por casa del abuelito. Eso sí, con la condición de llamar antes de pasarse, que tampoco queremos sorpresas.
Y, además, Ponce se marca un Turrones Almendro por Navidad. Porque tendría planeado pasar en Madrid los días de Nochebuena y Navidad con sus hijas, y la Nochevieja con Ana Soria y su grupete de amigos. Eso sí, la Noche de Reyes a ver con quién la pasa, porque con cómo está la vida, a Ana tampoco la va a poder llevar a la cabalgata. Con lo que a ella le gusta Gaspar.
Fotos | GTRES
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