El 27 de junio de 1999 llegó al mundo nuestra queen de los temazos discotequeros Aitana Ocaña. Ayer, 23 años después, la artista de flequillo perenne se lanzó a las calles dispuesta a pasarlo padre con sus familiares y amigos más cercanos en un fiestón que comenzó llevándose al estómago una suculenta cena hipercalórica muy recomendable para hacer la digestión a esas horas de la night.
Ha sido la propia triunfita la que nos ha cotilleado cómo fue su party de cumpleaños a través de un post en Instagram en el que se la ve feliz y pizpireta, soplando las velas del mini postre que le obsequió el restaurante que, esperamos, no tuviera que compartir con el resto de comensales ya que no le hubiera tocado ni las migajas.
"Da igual lo que hagas en tu vida si no estás rodeado de la mejor compañía, y de la gente que quieres. Me queda mucho por vivir, esta claro, pero siempre es bonito agradecer y darse cuenta uno de lo afortunado que es, yo sin duda lo soy", expresó una profunda y afortunada Aitana bajo el vídeo instagrammero que se debió de grabar con una prehistórica 'BlackBerry' dada la escasita calidad de imagen.
Uno que debe ser el típico que planta una cara de asco cuando 'Netflix' le sugiere una peli romanticona es el churri de la intérprete, Miguel Bernardeau. El actorazo ha felicitado a su amada con una dedicatoria la mar de deprimente, sin cariñitos, sin morreos y por decir, sin un mísero icono pasteloso. Observen ustedes mismos.
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