Lola está tan arrepentida de haberle dado al tenido tiki tiki, taka taka y toco toco con Carlos como Kim Kardashian de que se filtrara el vídeo hot que la catapultó a la fama y la ha convertido en la influencer más rica sobre la faz de la tierra. Es decir, nada. Para ella, contradecirse cada cinco minutos y cornamentar a Diego es tan insignificante como saber quién conquistó America (si no llevaba perro, ¿a quién le va a importar eso?).
Tras jurarle y perjurarle a su novio que le quería, que es su máxima prioridad, y decirle que quiere volver a la villa para demostrarle que podía confiar en ella, que no se le iba a ir más la pinza después de la hoguera de confrontación, a Lola se le ha vuelto a ir pero bien. Y es que la novia de Diego ha pasado la noche de nuevo en la alcoba número tres con Carlos.
Esta vez el sevillano y la leonesa no se han conformado con hacer un 'MilkShake' o el mejunje 'Art Attack' (más apropiado para Diego), sino que han pasado a palabras mayores con un espectáculo de trapecismo sexual bajo las sábanas que han dejado muy poquito a la imaginación, lo que viene a ser 'HornoTube' para todos aquellos que tengan visión de rayos X (nunca mejor dicho).
Carlos y Lola han repetido en varias ocasiones el 'regar la margarita' en la habitación, aunque esta vez sin Lucía a escasos centímetros de ellos. "Para mí, nos compenetramos muy bien, me ha apetecido hacerlo y ya está", ha dicho la novia de Diego superándose en cada una de las declaraciones que hace, que siempre son más impresionantes que las anteriores.
Pero atención porque, después de la noche de anoche (a lo Rosalía y Benito), a Carlos y a Lola se les ha apetecido uno mañanero, como cuando cenas pizza y de buena mañana desayunas los restos o los bordes untados en Nutella (yo no lo he hecho, me lo han contado).
"He celebrado mi cumpleaños por todo lo alto, Carlos y su experiencia me despiertan esa sexualidad en mí", admitía Lola en este surrealista entrecomillado mientras que veíamos en pantalla al sevillano con un gorro de paja, y tapándose por esas sábanas que ya huelen a ciénaga, entrando en el granero.
Diego ha vuelto a colgarse los dos pendientes de la colección de joyas de Anabel Pantoja para enfrentarse a unas imágenes más explícitas aún (si cabe) que las que tuvo que ver en la hoguera de confrontación con Lola. El nivel ha subido a anuncio de 'KH7' con Carlos y Lola montándoselo en la piscina, en la cocina, en los cuartos...
"No entiendo nada, no sé qué tipo de producto echan en esa piscina, pero parece que cada vez que entra ahí alguien se le va la cabeza. Me choca verla aquí mal, diciéndome que se arrepiente, Simone le ponía, ahora le pone Carlos... Casi me conformo con que no se abra a otro de la casa", expresaba Diego flipando en colores (como nosotros cada vez que vemos sus estilismos del 'InSide') tras ver las primeras imágenes de Lola y el sevillano.
Tranquilo, Diego. Tras mucha investigación y tirar un poco de mis contactos (Youtube, Twitter, etc), he encontrado quién es la responsable del mantenimiento de esa piscina del forniqueo, esa donde lo menos estimulante es el chorrito de la pared. Te presento a 'Laly O'Parda':
Tras verla bailando el dembow sin ropa y comprobar que ha perdido la verticalidad en esa casa (está todo el día en horizontal con Charlie) fardando de "esencia leonesa" (que es como ella llama a su sabor único), Diego James Lover se ha mostrado muy agradecido con ella porque, gracias a estos vídeos, se ha dado cuenta que la mujer que con la que estaba "no vale un duro", según ha expresado él mismo.
"Qué vergüenza, estoy flipando chaval. Ella no merece que yo me preocupe por lo nuestro. Ha llegado a un punto extremo al que yo no voy a llegar aquí, me parece increíble. No me arrepiento de reconocer las cosas con ella en la hoguera de confrontación, lo dije de corazón, pero este límite ya no se puede perdonar", ha zanjado con su tono de voz lineal el boxeador dando a entender que lo suyo con Lola está muerto (y sin posibilidad de exhumar).
Vía | MitelePlus
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