El impresionante regalo de 5.000 euros que Fani ha hecho a Christofer por su esperada boda

El amor no se compra con dinero. Bueno, quizás esta máxima no sea aplicable cuando uno se ha recorrido todo el litoral de República Dominicana gritando '¡Estefaníaaaa!' regando la costa con tus lágrimas y hayas sufrido más de dos infidelidades delante de toda España. En cualquiera de los casos, podemos decir que Fani Carbajo y Christofer Guzmán ('La Isla de las Tentanciones') por fin se han casado este viernes 10 de junio tras posponer la boda en varias ocasiones por culpa de la pandemia.

Tal y como ha confesado la propia Estefanía desde dentro de su elegantísimo (para nada cateter) traje de novia, en la boda “estuvieron las personas que tenían que estar”. Y menos mal porque se podría haber filtrado la exclusivísima que Fani ha vendido a la revista... Bueno, no hay revista. Pero se podrá ver en exclusiva su baile a lo Beyoncé del Bershka que protagonizó con todas sus amigas.

También fueron familiares y amigos justos y necesarios como para que Christofer, tras iniciar el challenge más famoso de la tele con su grito desesperado con el nombre de la mujer de su vida, no volviera a ser el centro de todos los chistes por el disfraz de Drácula (pero el de las bolsas de patatas fritas con forma de fantasma) que se calzó para darse el sí quiero con Fani.

Estefanía ya ha terminado de pagar sus errores en el prime time de Telecinco (esos que le llevó a participar en 'La Casa Fuerte' y 'Supervivientes') y es por eso que ha decidido meterse en otra deuda haciéndole un regalito de lo más ostentoso a su churri: una moto Suzuki GSX de gran cilindrada valorada en 5.000 euracos, ni más ni menos.

“Ayer fue un día maravilloso, tengo muchísimas ganas de que veáis todos los detalles en mi canal de Mtmad. Daros las gracias por todos los mensajes tan bonitos que nos estáis mandando, no sé cómo agradecer tanto cariño”, ha confesado a sus followers destacando que Christofer está haciéndole más caso a la moto que a la propia Fani tras la boda. ¡No me extraña! ¡Mejor oler a carburante que a cuerno quemado!