Esta es la soltera de 'La Isla de las Tentaciones 2' que tuvo 'alocao' a Omar Montes: Tom, hay más imágenes para ti

Mira que esta nueva edición de 'La Isla de las Tentaciones' está llegando fuertecita y calentita (bueno, eso siempre, que los muchachos estos van por la vida como estufas) y nos está trayendo más salseo que Prima, Heinz y Hellmann's juntos.

Y es que ha salido a la luz una bomba en cuanto a una de las solteras de esta edición. Quien ha dado la primicia ha sido Marta Riesco este mediodía en 'El programa de Ana Rosa', ese espacio televisivo que es como un buen sofrito: todos los temas are welcome.

Pero volvamos al salseo: al parecer, Omar Montes, el cantante que se mete de hostias para promocionar su discografía, habría tenido una relación hasta hace muy poquito con una de las solteras de 'La Isla de las Tentaciones 2'. Pero, ¿con quién? Te damos una pista: los filtreos con ella están haciendo que la relación entre Tom y Melyssa caiga más en picado que el Hurakan Condor del Port Aventura.

Efectivamente, estamos hablando de Luzma. Esa muchacha de la que Melyssa debe seguir guardando el muñeco vudú con más cariño que a sus muñecas Famosa.

Al parecer, Luzma y Omar se conocieron cuando ella estaba de pretendienta en el programa 'Mujeres y Hombres y Viceversa'. Cuenta la leyenda que si has pasado por dos programas para buscar pareja y no la has encontrado, al tercero se te aparece Carlos Sobera para cantarte al oído cualquier canción de la discografía de la Pantoja durante una noche entera.

Pero la cosa no acaba aquí, porque durante el tiempo que estuvieron juntos, Omar la habría visitado a Marbella y Luzma habría ido a Madrid para verlo. Y tenemos la prueba más fiable del siglo XXI: los Stories de Instagram. Aquí, ella en el backstage de uno de los conciertos del Montes este verano.

Todavía no sabemos cómo acabarán en la isla ella y Tom, el muchacho ese que es más pegajoso que un blandiblú dentro de un coche en pleno agosto a pleno sol y a las tres y treinta y cinco minutos de la tarde. Sólo esperamos, Tom, que no te hayas puesto celoso. Porque no habría ningún motivo para estarlo, ¿no?