Este divorcio está tardando más en llegar, en materializarse, que el Bizum de la cena de principios de verano que te dijo tu amigo el rata que te iba a hacer. La pandemia nos tiene algo desorientados en el tiempo, pero según la gran periodista Paloma Barrientos (la cosa va de palomas y un gavilán), este año el matrimonio Ponce-Cuevas haría 25 años de casados. O lo que es lo mismo, hace veinticinco años que se empezó a joder la marrana, a gestarse el bombazo informativo del verano 2020.
Mientras que Paloma Cuevas espera ansiosa la firma de quien le gustaría que fuera ya su exmarido, este se entretiene haciendo insta stories en lo que parece la sección de decoración de 'El Corte Inglés'. Sí, Ponce hace historias de Instagram, es todo un chaval, con reggaeton de fondo y todo.
Ha pasado de poner en su tocadiscos a Juanita Reina cantando 'Francisco Alegre' antes de salir al ruedo, a romper el dembow con Ozuna y grabarse a sí mismo cual influencer para todos sus followers en la previa: "aquí estoy, chavales, a puntito de salir. Mis amigos de 'Todoluz' me han mandado este traje, si quieres entrar en el sorteo de dos manoletinas de torero desliza hacia arriba".
Ya hace tres semanas que Paloma y Enrique llegaron al consenso de que el divorcio formal se realizaría de mutuo acuerdo, garantizando lo mejor para sus hijas, por eso ambos acudieron juntos, pero no de la mano, al despacho de Garrigues para acordar el reparto de su (gran) patrimonio. El mío se limita a la 'Wii' que me regalaron por la comunión con el juego del tenis, una 'Backberry' de las primeras y varios cartuchos de impresora que tengo guardados, ojo cuidao' que están a precio de oro.
Parecía que la firma de los papeles estaba a puntito de 'Caramelo' (canción de Ozuna, como le gusta a Ponce), pero a Paloma Cuevas se le está haciendo largo este siglo y medio que está tardando el torero en firmar los papeles. Yo creo que, al ser tan viejoven, cuando Enrique se despierta a las tantas del mediodía, ya le ha cerrado el despacho. Qué dormilones y trasnochadores son estos pipiolos...
Para la elegancia hecha mujer, esa que de vez en cuando sale de su 'Cueva', esto debe ser tan negativo como que no te llegue el wi-fi al baño (¿con qué te entretienes mientras liberas a Willy?), pero hay algo que a Enrique Ponce no le debe cuadrar de todo lo que habían acordado retrasando la firma de la papela de la separación (ché, ché, documentación).
Según ha podido confirmar la periodista citada, no se trata de nada económico ni en relación a la custodia de sus hijos. ¿Querrá el maestro tener una relación abierta y ser felices los 3?
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