No nos hemos visto en otra. Este es el mensaje que ha inundado las redes sociales entre eurofans, cuñaístas que opinan de todo y chanelistas esta mañana tras descubrir que el vídeo de 'SloMo' en el canal oficial de Eurovision se ha convertido en el primero en el ranking de reproducciones entre los candidatos a ganar Turín este año y en el segundo más visto de la historia, por encima incluso de 'Maneskin', los ganadores del año pasado. Chanel está rompiendo caderas y corazones en el mundo entero, señora' y señore'.
El vídeo de la actuación de Chanel en la final del Benidorm Fest, donde la cantante lucía una malla de transparencias al más puro estilo Pedroche y bailaba a la velocidad de la luz a excepción de su momento 'slow motion' (motivo de la canción), ha alcanzado ya las 2,7 M reproducciones frente a las 2,6 M reproducciones con las que cuenta la banda de Damiano David (ya las quisiera Antonio David en su canal) por la canción que les dio la victoria en Eurovision 2021.
La actuación eurovisiva más vista de la historia en Youtube ha sido la de la representante chipriota Elena Tsagrinou, con su canción dedicada a la persona que ideó el programa 'La Isla de las Tentaciones': 'El Diablo'.
Chanel también lo peta en Spotify
Por si fuera poco lo viral de su pedrería, el single de Chanel se coló el pasado mes de febrero en el segundo puesto de los 50 hits más virales: Global, una de las listas más tops de Spotify. Además, 'SloMo' no sale ni con agua ardiendo (como Cepeda de 'OT') de la lista de los 50 más virales de España. No quiero motivarme, pero yo veo esto una 'Crónica de un Chanelazo Anunciado' en Turín el próximo 14 de mayo.
Estas buenas noticias para Chanel llegan en mitad del polémico ataque del BNG (Bloque Nacionalista Galego) que ha usado la percha del 8M, aprovechando un poco el reventadismo por la no victoria de 'Tanxugueiras', para rebelarse contra el "sugardaddismo" de la canción en el Día de la Mujer.
"SloMo trata sobre amar tu cuerpo, sentirte cómoda en tu propia piel y ser dueña de una misma sin ningún tipo de miedo, en forma de latin-pop uptempo, empoderador y sensual, con un estribillo irresistible y pegadizo que se queda en la cabeza a la primera escucha", reaccionaba la compañía discográfica a las presiones por el supuesto cambio de letra que Irene Montero podría exigir a la cadena pública.
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