'El Hormiguero' ha contado hoy con la inédita llegada de Ainhoa Arteta. La cantante ha visitado el programita de Pablo Motos, que es la Oprah Winfrey nacional (y en versión pelirroja) por la cantidad de celebs mundiales que sientan el culete en su show, siendo esta su primera aparición pública después del duro año que ha pasado la artista entre operaciones y hospitales.
En abril, Arteta ya capitaneó todos los titulares de la prensa pink por unas complicaciones surgidas a raíz de contagiarse de Covid que le provocaron un edema inflamado por el que tuvo que caminar en muletas.
Los meses siguientes también tuvieron telita para la de Guipúzcoa. En julio, padeció un cólico nefrítico por el que la tuvieron que inducir al coma durante 5 días tras originarse un fallo multiorgánico: "Del coma me salve por los pelos", ha expresado Ainhoa. Esto sucedió porque el único antibiótico que podían administrarle en ese momento fue la penicilina y ella es alérgica: "O se muere o le metemos la penicilina y si le da una reacción alérgica fuerte, se muere también pero no nos queda otra", escuchó la soprano en el hospital.
La diva, cuya visita al reality de las hormigas ha sido más esperada que un encuentro fortuito entre Marta Riesco y Olga Moreno, ha señalado que le entró pánico cuando la entubaron y rogó que no lo hicieran: "Una de las cosas que más terror nos puede dar a un cantante lírico es que nos entuben porque pasa por las cuerdas vocales".
Además, la ganadora de la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes tuvo que sufrir la amputación de la punta del dedo índice de la mano derecha y de un dedo del pie: "Se salvó la mano izquierda porque está cerca del corazón y le llega más sangre", ha revelado la guipuzcoana, dejando clarísimo que no piensa usar una prótesis en ese dedo por estos dos motivos mú bien pensados:
"Primero porque me da una pereza horrible y porque soy muy gesticulera y cuando canto también. Se lo dije así al médico: 'Me va a pasar que en algún concierto se me va a escapar el dedo y vamos a estar todos buscando el dedo en el escote de la señora de la tercera fila y como que no'".
La artista ha afirmado que sufre un dolor neuropático en la zona del dedo que ya no tiene: "Ayer me dolía la punta de este dedo y miraba y decía: '¡Qué no tiene punta!' (...). Tiene tanto que ver con el cerebro que si estás nervioso, estás agitado, o por cualquier cosa no estás bien, el dolor aumenta de una manera brutal".
Además, la cantante ha narrado uno de los episodios más surrealistas que vivió cuando la indujeron al coma que es digno de un capitulito de 'Cuarto Milenio' de los que te tienes que tapar con el nórdico hasta las cejas para poder dormir: "Ni vi un túnel ni una luz al final ni todas esas cosas pero sí me vi en un espacio que era como de un azul oscuro intenso y con estrellas y yo estaba suspendida en un silencio total. Vi pasar como una especie de cosa roja que pasó con mucho ruido que pensé: 'Eso tiene que ser el infierno'".
En octubre, el mundo se le volvió a poner patas arriba a la de Guipúzcoa cuando se enteró que le habían fastidiado una cuerda vocal a raíz de la entubación: "Ahí es donde me asusté mucho. Cuando vi la posibilidad de que me podía quedar sin voz, sí que me entró un miedo muy grande".
Tras una operación a cuerda abierta, avisaron a la soprano que no podría volver a cantar en los siguientes 6 meses a 1 año pero ella rompió todos los esquemas y tiene su primer recital en el teatro La Zarzuela de Madrid el 27 de febrero, demostrando que Ainhoa Arteta tiene CUERDA para rato. ¡Brava!
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