Está claro que ya no es cuestión de los tacones o de modelitos imposibles de los conciertos (que también), aquí lo que directamente es deporte de riesgo es subirse en un escenario. Es que no me digáis, estos espectáculos los tiene que cargar el diablo o algo así porque cualquier día el cantante de turno se nos abre la cabeza, de verdad de la buena que en breve van a tener que pedir un plus de peligrosidad sólo por cantar.
Hemos visto mil y una veces a Lady Gaga, a Rihanna, entre otras, pero como que a ellos no estamos tan acostumbrados a verlos en esa tesitura. Así que ahora le toca el turno a Chris Brown que ha demostrado lo bien que domina el arte de pegarse la culada del siglo y seguir bailando y cantando como si de nada se tratase aunque esté viendo las estrellas.
Sí, ha sido en un concierto en Indianápolis donde el cantante salía al escenario después de un espectáculo de color y de luces, todo muy wonderful, cuando en eso que está bajando una rampa (un poco más, un poco más…) y ¡¡zas!! tortazo que te crió allá por el minuto 2:30. Vamos que de ésta Chris Brown entra por la puerta grande a la lista de los piñados sobre el escenario porque no ha estado nada mal, si cae un poco más arriba no la cuenta…
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