El mundo de la música amaneció ayer con la peor de las noticias. Uno de los máximos referentes de la canción catalana, Pau Riba, ha fallecido a los 73 años tras perder la batalla contra un cáncer de páncreas que anunció que padecía el pasado mes de diciembre. El cantautor dijo adiós en su casa de Tiana (Barcelona), siendo uno de sus últimos conciertos hace pocas semanas donde interpretó una sátira a los villancicos tradicionales junto a 'The Mortimers'.
Riba se consideraba un hippie empedernido y en los últimos años se definió como "transhumanista". El cantante nació en 1948 en una familia ricachona de Palma de Mallorca y en 1967 fundó con sus coleguis 'Grup de Folk' donde lo petaron por defender la canción popular y combativa con su primer hit 'Taxista'.
Uno de los hechos más polémicos que protagonizó el músico fue cuando alquiló un caserón con su panda de amiguis en Barcelona y lo convirtió en una comuna. La cosa se puso chunga cuando acabaron todos detenidos tras una redada de la poli aunque los mismos agentes revelaron que no encontraron drogas en la casa. Después de este dramita, el artista se mudó a Formentera donde tuvo a sus dos churumbeles Pauet y Caïm que también se dedican a la música.
Tras su adiós, Pau deja a su espalda un legado memorable donde figuran 28 discos, 14 libros además de sus numerosas apariciones en pelis, medios y televisión, vaya, casi ná.
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