Parece ser que hoy es el día de las noticias sobre cuatro ruedas (o sobre dos si contamos la de Fonsi Nieto y su trágico accidente). ¿Os imagináis que podría pasar si dejáramos a Lindsay Lohan en sus manos un Ferrari teniendo en cuenta como se maneja con su Maseratti? Yo tampoco y prefiero no hacerlo, que más que una noticia podría convertirse en una película de terror.
Pero no podemos decir lo mismo de esta parejita. Si es que así cualquiera se va de compras con su marido. A mi me regalan un Ferrari como el que se acaban de comprar Christina Aguilera y Jordan Bratman y vamos, ya te digo que si hace falta compro sin salir del coche con tal de lucir palmito subido encima de él (del coche, no de Jordan). Un Ferrari nuevo nuevito, de esos que huele toda la tapicería a recién salido de concesionario aunque no sé si olerá igual que el mío porque, a día de hoy, no he tenido el placer de comprobar como huelen los asientos de un Ferrari.
Y no sé si Christina Aguilera y Jordan decidirían irse por ahí de compras a ver como la gente giraba sus cabezas para ver quienes eran los afortunados de poder llevar semejante maravilla entre sus manos, lo tengo ni idea. Lo que sí que sé es que hicieron una parada en el Hotel Península de Beverly Hills, para asombro y deleite de todos los que allí se encontraban, que cuando vieron a la pareja bajarse del coche, sacaron los móviles y empezaron a hacer fotografías a diestro y siniestro para inmortalizar el momento.
Y como no podía ser de otra forma, ellos dos como si allí no hubiera pasado nada y haciéndose los suecos. Porque no sé si os habéis percatado que comprarse un Ferrari, con estos tiempos que corren, es la cosa más normal del mundo, Poproseros.
Vía | Celebrity-gossip
Foto | twitpic de celebsspotted