Parece ser que Lily Allen no escarmienta de ninguna de las maneras. Le encanta el alcohol, para que negarlo. Pero no solo le gusta beber sino que le encanta ponerse pedo, perder los papeles, liarse a manotazo limpio con todo el que se cruza en su camino y si de paso puede poner verdea media fiesta pues entonces ya habremos cumplido por hoy. Ese sería un gran día en el calendario de Lily Allen.
No hemos acabado de creernos que acabase por los suelos en el Big Day Out Festival (bueno, sí, yo me lo creí nada más leerlo, que de ella ya me espero cualquier cosa…) cuando nos enteramos de que, en la fiesta en la que se otorgaban los galardones de la ‘New Musical Express’ le tocó abandonar súbitamente la fiesta por motivos personales. Y de motivos personales no había nada.
Lo que pasó es que para variar se había pasado con la bebida, y se le soltó la lengua. Así que agarró a Courtney Love por banda y le puso a escurrir. Pero Poproseros, cuando me refiero a escurrir me refiero a que toda la sala estaba escandalizada y después de ver que pidiéndole a Lily Allen que se callará y no resultara, tuvieron que llamar a la policía para ver si ellos conseguían callarla.
¿Y por qué se montó todo el pollo? Pues encima es que Courtney tenía motivos para enfrentarse con Lily, pues al parecer había puesto comentarios ofensivos en su tablón del Twitter sobre su hija Frances Bean Cobain. Y Lily se lo tomó como algo personal y en vez de pedir perdón, siguió insultando y pasó de la hija a la madre. Al final, como siempre, Sam Cooper, su novio se ocupó de llevársela del lugar. Santa paciencia la que tiene que tener ese hombre, santa paciencia…
Fotos | Cuore