Le encanta. Lily Allen nos ha demostrado en infinidad de ocasiones que disfruta posando en topless y enseñar, sin pudor alguno su cuerpo ya sea en fotos, vídeos o, porque no, en público y delante de todo el mundo. Esta chica no entiende la palabra vergüenza o recato. Y me gusta que se lo tome así, aunque no sé si lo hace por principios o sencillamente por llamar la atención y dar de que hablar a la prensa sensacionalista británica que "tanto le aclama".
La portada del mes de mayo de Harper's Bazaar Australia cuenta con una ilustración de lujo. De la mano de David Bromley, retrata a Lily en color azul y a lápiz en una de las poses que posteriormente podremos ver en el interior en blanco y negro. En ella aparece Lily con unos cuernos de fauno en la cabeza, un tutú de tul blanco y fumando con la misma mano que se tapa un pecho, dejando el otro al descubierto. Y aunque no lo parezca, las fotos son increíbles y de una calidad asombrosa.
Hay que reconocer además que la chica es fotogénica, y los redactores de la revista lo saben, al igual que saben que pueden sacar mucha chicha de sus reportajes y de sus confesiones. Por eso la tiene como una auténtica niña mimada. Dicen que su música es rebelde al igual que atrevidas son sus palabras.
Lo que yo no tengo tan seguro es que compartamos ellos y yo la idea que tienen de la moda y el estilo de Lily Allen, al cual clasifican de único e inclasificable, a la par que atrevido, picante y sensual. Creo que eso es pasarse un poco porque, visto lo que he visto hasta ahora no creo que lo que Lily Allen hace cuando se despierta por las mañana, abre su armario y se pone 4 prendas, puede ser catalogado de buen gusto o moda.
Pero sí, repito, que fotogénica es un rato, de eso no cabe ninguna duda.
Fotos | Styleite