Menudas dos patas para un banco. Si hay un momento en la historia de la música que merece la pena recordar fue sin duda el nacimiento de John Lennon. Ese día vino al mundo uno de los grandes de la música y como tal merece la pena ser recordado y rememorado, por eso Yoko Ono ha querido hacerlo por todo lo alto y le ha dado un concierto como Dios manda. Pero luego pensó: ¡Qué leches, estaría bien que viniese más gente! y se puso a pensar como cumplir ese desea. Y de golpe se le vino a la cabeza un nombre.
Lady Gaga. Como no, ella siempre está metida en todos los fregados. No quiero saber si, de no haber venido Lady Gaga, el concierto en el Orpheum Theater de Los Ángeles hubiese estado tan lleno como lo estuvo, pero que ella ayudó a que la gente se peleara por coger un sitio y ver como dos excéntricas (y grandes, que las dos son grandes como Europa) se ponían en manos de un piano a cantar para John Lennon, de eso no tengo ni la más menor duda.
Yoko Ono y su banda cumplieron todas las expectativas y, junto con Gaga, hicieron un dueto que la mayor parte de los medios han catalogado de auténtico éxito.
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