Si os hablo de Amy Winehouse, ya sabéis que lo que viene después va a ser o bien polémico, o extraño, o estrambótico. Y hoy no iba a ser menos. Amy es rara dentro y fuera de los escenarios; es decir, que lo es mientras se mantiene despierta (y apostaría que hasta dormido esta mujer es rara). El caso es que los dueños del hotel situado en el caribe donde actualmente se hospeda Amy Winehouse están desesperaditos y ya no saben que hacer porque Amy Winehouse ha decidido convertirse en la patrona de los animales desamparados y perdidos.
Por lo visto, el último pasatiempo de Amy es pasearse por la playa y dar refugio a todo animal errante con el que se cruza; es decir, que animal que ve desamparado, animal que Amy se lleva a su cuarto y decide cuidar.
“En un principio, los responsables del hotel hicieron la vista gorda. Pero ya son cinco o seis los perros que comparten habitación. Además, ninguno de ellos está vacunado y todos tienen pulgas.”
Y pensaréis, pues lo lógico es que la echen del hotel y santas pascuas. Pues no, eso es lo que más me molesta, que sin querer, ellos mismos son los que están alimentado sus excentricidades porque en vez de decirla que esas no eran normas del hotel y que por favor se fuese del mismo, han decidido contratar a un equipo de fumigadores y a pedirle a Amy Winehouse que por favor dejara de dar cobijo a perros abandonados ante las lamentables condiciones higiénicas y para evitar cualquier riesgo de enfermedad o infección.
Así normal que no deje nunca de liarla parda, si se la trata de manera diferente que al resto y encima se la permite que haga sus excentricidades...
Vía | Terra