Kanye West pasa por chapa y pintura a su nueva churri hasta darle un look muy del estilo de Kim Kardashian

Cuando dos tortolitos empiezan un idilio romántico lo más habitual es que uno le pegue al otro alguna cancioncita que le guste o le acabe enganchando a una serie de 'Netflix' que no habría visto en su vida.

Estas costumbres pastelosas que hacen los simples mortales son una caquita al lado de las excentricidades de Kanye West ya que ha cambiado el street style de su nueva churri, Julia Fox, cual Richard Gere a Julia Roberts pero sustituyendo las gargantillas de diamantes por cadenas de rapero y carnecita al aire.

Kanye, que se ha marcado un Yurena (antes Ámbar (y antes Tamara)) y ahora quiere que lo llamen sus coleguis "Ye" porque es más escueto y más cool, conoció a Julia la noche de año nuevo entre petardito y uvita con la  Pedroche.

Desde ese momento, la parejita no se ha despegado ni con agua hirviendo y ya han compartido flashes de la manita en el desfile de 'Kenzo' el pasado 23 de enero.

Fox, que podría ser prima retirá de Megan Fox o comer del mismo pavo en Acción de Gracias que Michael J. Fox, es actriz y ha compartido curro con el mismísimo Adam Sandler en el filme 'Diamantes en bruto' (2019). Además, la chiquilla tiene un peque de un añito fruto de su matrimonio fallido con el piloto Peter Artemiev.

Antes de que Julia comenzara a darle like a las fotitos antiguas de Kanye y viceversa, la chica utilizó unos looks en los saraos muy del rollo de directora de insti deluxe que pasa más tiempo comprándose trapitos en 'Gucci' que echándole el ojo a sus alumnos repletitos de testosterona.

Desde que Fox está con Ye (AKA "el guay") se ha plantado unos outfits que siguen al pie de la letra el lema: "Cuanto más rarito, más chic" de la ex del rapero, Kim Kardashian. No sería de extrañar que West hubiera influido en este fashion-drama cual Pelayo Díaz del amor ya que nuestra Kimberly confesó una vez en su reality, 'Keeping up with the Kardashians', que su ex churri le elegía muchas veces la ropita que ponerse tanto para callejear ante la furtiva mirada de los paparazzis como para contonearse por las elegantísimas red carpets.