Hombre, imagino que para muchos no les sonará a nada nuevo, porque era bastante obvio que esta pareja hacia aguas por muchos frentes. Aun así solo se trata, según parece, de una común crisis de pareja provocada por un cúmulo de hechos variados y picantones que se han ido acumulando durante unos cuantos meses. Y cuando digo unos cuantos, me refiero a una larga lista de trastos que al parecer los medios de comunicación se han afanado por descubrir y, en cuanto supieron que los dos no andaban nada bien, han decidido airear.
Y vamos que si lo han hecho. El más importante de todos ellos parece ser que es el que Justin Timberlake no soporta que su novia no quiera irse de su apartamento en Nueva York. Al parecer, Jessica es demasiado posesiva y acaparadora, y quiere tener constantemente vigilado a Justin, para que no cometa ninguna fechoría de las suyas. Y por eso, estando en el mismo apartamento que él, puede controlarle mejor que llamándole al móvil a todas horas. Pero aun viviendo con él, el poco tiempo que pasan separados se lo pasa enganchada al móvil para hablar con Justin.
Es por ello que no se ha granjeado la amistad de los amigos de Justin, los cuales la odian un pelín y no hablan precisamente bien de ella. Dicen que es una auténtica consentida y una dependiente nata de Justin y no les deja tiempo para disfrutarlo a solas con su amigo. Comprendo que le quiera mucho y que sea el amor de su vida pero Jessica, querida, no le quites su espacio personal ni sus ratos con los amigos. Hay tiempo para todo.
Y el hecho de que esta no sea la primera crisis que afrontan como pareja dicen que ha dañado mucho a la relación, pues son pequeñas fisuras que poco a poco rompen la armonía de la pareja. Y como no, en asuntos de pareja es raro que no asomen los celos. Y aquí tampoco iba a ser menos. ¿La afortunada? Lindsay Lohan.
Al parecer a Jessica no le ha sentado nada bien el encontronazo que tuvieron Lindsay y Justin recientemente y que luego la susodicha se encargó de publicar a los 7 mares de los mundos cibernéticos a través del medio de moda: el Twitter. Si a todo esto le sumamos que Jessica tampoco soporta que Justin esté continuamente de fiesta en fiesta y, lo que es peor, sin ella, tenemos una auténtica bomba de relojería sentimental que ha de explotar tarde o temprano.
Solo nos queda ver lo maduros que son ambos dos y todo lo que se quieren para ver si las cosas van a buen puerto (lo sé hoy estoy muy metafórico con el mar pero, que se le va a hacer, estoy de vacaciones) o por el contrario, van a pique. El tiempo lo dirá Poproseros.
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