Claro que sí, estas son noticias que uno cuando las lee no sabe si echarse a llorar o cabrearse, porque que tengamos que estar poniendo el telediario y ver que en el cuerno de África se mueren niños a patadas, que hay millones de personas sin nada que llevarse a la boca… y que luego nos enteremos de que el estilista de Rihanna cobra la friolera de 2000 euros diarios en mantener el pelo que tiene ahora… pues eso, tal y como lo tiene, es para ponerse al soltar improperios a diestro y siniestro. Así a cualquiera le dan ganas de meterse a estudiar una ingeniería: ¿para qué? si el futuro está en arrimarte a un famoso, que parece que a ellos la crisis les evita como el agua al aceite.
Sí que es cierto que de peluqueros tira bastante, que si hay alguien en este blog que se lleva la palma en cuanto a cambios estilísticos, esa es Rihanna, que cuando no se lo tiñe al más puro estilo actor secundario Bob, se lo corta estilo mohicano, se pone mechas, se planta extensiones o se lo rapa… vamos, que si lo de cortarse o teñirse el pelo es cierto lo que dicen de que es cada vez que nos encontramos mal y queremos un cambio, sería curioso saber cuánto cobra el psicólogo de Rihanna, porque seguro que tampoco se queda corto…
De hecho, el estilista que le trata se llama Ursula Stephen y debe de ser mundialmente conocida en el mundillo porque es una de las que le mete el peine a más famosos de Hollywood. Y según sus declaraciones, la razón por la que cobra semejante millonada y por la que precisa atención casi a diario (casi diaria… ¡Eso son más de 15000 euros semanales!) es por sus rizos que son extremadamente rebeldes y difíciles de manejar, por lo que tiene que recurrir a ella si quiere estar guapa.
Claro que sí, porque los rizos de Rhi Rhi bien valen 2000 euros al día y no nos conformamos con dejarnos 500 en la peluquería de la vuelta de la esquina que así de paso, con semejante desembolso seguro que gracias a ti conseguía jubilarse cinco años antes. En fin, que era consciente de que era una caprichosa y un poco mimada pero de ahí a esto creo que hay un paso. Sinceramente, corriendo los tiempos que corren, ni es envidia ni es excusa por ser su estilo de vida: es vergonzoso se mire por donde se mire.
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