Esta mujer cambia de look como quien cambia de bayetas de cocina. Cuando se aburre de su estilo anterior o lo considera demasiado soso y corriente, Rihanna acude al peluquero y le pide expresamente: oye, improvisa, quiero algo nuevo. Y desde luego que o el chaval tiene mucha imaginación o Rihanna le paga muy bien (o las dos cosas, que será lo más probable) pero lo que tenemos claro es que hace auténticas virguerías (que no han de ser buenas por ello) con su pelo.
Hace poco podíamos verla con un corte a lo ‘El último Mohicano’, ¿os acordáis? Pues bien, ahora se lo ha dejado más largo, se lo ha cortado a capas y, como no le terminaba de convencer del todo, se ha dado mechar rubias con el cabello moreno. ¡Toma Morena! (nunca mejor dicho) eso para que luego le digan que la chica no sabe innovar.
Yo no sé si sabrá innovar pero lo que tengo claro es que no me gusta nada el corte de pelo con esas mechas. Mira que con el pelo a lo garçon estaba realmente guapa y le favorecía mucho (al menos eso pienso yo) pero lo de las mechas ya es para mear y no echar gota, la verdad. Además, como dato importante (importante para mí, nada más) os pongo la foto entera en la que sale la muchacha.
¿Os habéis fijado en las botas? Monas, ¿verdad? Pues bien, recuerdo como Rihanna decía que ella no era caprichosa y que si hacia falta lo demostraba en el vestir de cada día, que ella no vestía ni pija ni de marcas caras. Oye, bonita, vete a contarle ese cuento a otro que sabemos que no es así. Vamos, yo con el sueldo que tú ganas te lo digo bien clarito: desde luego que no me obligaría a comprar en Lefties. Si puedo permitirlo, ¿porque no comprar en Dior?
Prueba de ello son las botas, de la diseñadora Stella McCartney que cuestan unos 795 euros, vamos, lo típico que uno encuentra en Zara o Mango. En fin, a lo que íbamos: que no me gusta nada lo que te has hecho, Rihanna.
Fotos | Hola