Porque no sé vosotros, pero yo cada vez que le echo un ojo a las fotos de David Bustamante más me convenzo de que es como el buen vino, que según pasa el tiempo está mejor y coge más cuerpo. Telita con el cántabro y su afición a los gimnasios, que parece que están dando su fruto. Y claro, uno hace la retrospectiva de aquí a unos años atrás (unos cuantos, de hecho), de cuando empezó a hacer sus pinitos en Operación Triunfo (9 años ya, quién lo diría) y se desvivía y peleaba porque ni Rosa ni Bisbal le quitasen su plaza para Eurovisión (menos mal que no lo ganó, porque está visto que eso de que el festival te lanza al estrellato es tan relativo como el sentido que se tiene del estrellato) y lo compara con lo que es hoy en día y ¡Válgame Dios el cambio que ha pegado!
Y que conste que lo ha pegado en todos los aspectos, que David Bustamante ha pasado de ser un hortera de bolera con un cuerpo esmirriado ha convertirse en un metrosexual aunque lo de hortera nos queda por definirlo todavía un poco. ¿La clave?
Yo sigo pensando que Paula Echevarría, que hay que ver el estilazo que se gasta esta mujer y lo mucho que entiende de moda y de cosméticos. Y claro, empezó a probar las hidratantes, luego los exfoliantes, luego los perfiladores… y a día de hoy te reconoce en una entrevista que él sin sus cremas y sus batidos no puede vivir. El metrosexual del siglo XXI español por excelencia que lo llaman.
Uno todavía recuerda con espanto y pavor esos peinados que se hacía, esos total looks white que se plantaba que parecía sacado de un festival de los años 60 y las camisas que lucía en ocasiones especiales. Vamos, para echarle de comer aparte. Pero de pronto, empezó a salir a correr al aire libre acompañado por su entrenador personal y poquito a poco fue consiguiendo lo imposible, que su primer desnudo parcial para una revista (que si no mal recuerdo fue hace unos añitos ya) dejase a más de una/o con la boca abierta y repitiéndose a si mismo: Dios mío ¿este es Bustamante?
Se cortó el pelo, se le quito el horterismo a golpe de pantalones negros, se hizo tupé, empezó a aprender a combinar, se definió el cuerpo… vamos, un cambio radical que me río yo de la puerta con humo del programa de ‘Lluvia de estrellas’ Y sí, si le preguntamos a Paula ella misma reconoce que algo ha tenido que ver pero ahora que le da miedo haber creado un monstruo dice que no deja de repetirle que:
Yo le digo que ahora no se obsesione. No hay que estar siempre como si posase para un catálogo de bañadores
¡Ay hija! Eso lo dices tú que ya le tienes muy visto… pero al resto que conseguimos verle sin camiseta solo un par de veces al año déjanos disfrutar a gusto con el cuerpo de Busta.
¿Qué es lo que nos queda por perfilarle? Pues porque quizás ahora se lo tiene demasiado creído el pobre chaval. Normal, ha pasado de ser un patito feo de toda la vida a convertirse en un auténtico sex symbol y esas cosas pasan factura. Que uno se mete en su perfil de Facebook y asusta ver la cantidad de primeros planos que hay de él en el coche cada vez que se nos va de concierto, luciendo gafas, luciendo, moreno, luciendo patillas, luciéndose así mismo… que si, que un detalle precioso con los fans pero creo que un poquito menos de egocentrismo querida Busta no vendría nada mal, no vayamos a echar por tierra todo lo que teníamos ya conseguido.
Sea como sea, enhorabuena a los dos que de verdad que hacen una pareja de guapos. Enhorabuena a Bustamante por darse cuenta de que el rojo y el rosa no pegan y de que ir todo de blanco te hace tener pinta de heladero o charcutero y a Paula Echevarría enhorabuena por haber devuelto a Busta al buen camino, que sé de buena tinta que no ha tenido que ser fácil pero ya sabemos que es una chica amante del riesgo. Los resultados, claramente han merecido la pena.
Fotos | Gtres, Bustamante en Facebook