Beyoncé es una auténtica diva, eso nadie puede negarlo, al más puro estilo de las grandes damas del soul de los años cincuenta. Bueno, quizá no tanto, pero está claro que ella se está dejando el pellejo por conseguirlo. En el proceso, por desgracia, se ha olvidado de lo bien que viene de vez en cuando ser un poco modesta, no sé, por esto de caer un poco mejor a la gente y que no te deseen una urticaria genital.
Hay sitio en esta tierra para muchas reinas. Yo tengo un talento auténtico, otorgado por Dios, instinto y longevidad que siempre me separarán de cualquier otra persona. He tenido suerte a la hora de conseguir cosas que la generación más joven de reinas sueña conseguir. No deseo el trono de nadie más. Estoy muy cómoda en el trono que me he construido durante los últimos 15 años.
Tooooma ya. Bájate Modesto, que se sube Beyoncé. Tan repentino ataque de onanismo verbal le dio en su última entrevista a la revista ‘Complex‘, donde dejó bien claro que ella es la más mejor, y que el resto no son más que inexpertas jovenzuelas que deben venerarla como si de una fuente de chocolate líquido se tratara. Eh, que no hay nada más divino que remojar ahí los dedazos.
En fin, yo creo que talento tiene, eso está claro, pero tanto estiramiento capilar y dale que te dale al cepillo y a la laca para domesticar ese melenón leonino que tiene la amiga Beyoncé ha debido de terminar afectándole a la neurona. Ya me la imagino bajando las escaleras de una mansión a lo Gloria Swanson en ‘El crepúsculo de los dioses’, gato incluido. Qué malos son los delirios de grandeza…
Vía | Complex
Foto | Facebook oficial de Beyoncé
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