Un no parar. Parece que ahora se ha puesto de moda eso de tatuarse la nuca antes que el brazo o la rabadilla. Primero fue Vanessa Hudgens y ahora le toca a Avril Lavigne aunque creo que no hace falta aclarar que ni por asomo las dos llevan el mismo tatuaje. Más que nada porque mientras que a Vanessa le molan las mariposas y los osos amorosos, Avril tiene ya uno tatuada en sus costillas que dice claramente FUCK y varios relámpagos diseminados por el cuerpo, además de otros dos tatuajes cuyo diseño encaja con dos más que luce su novio Brody Jenner, así que creo que ella pasa de las mariposas y directamente se tira a por los escorpiones que al fin y al cabo ambos son invertebrados.
Pero además Avril Lavigne nos hizo a todos partícipes de todo. Y cuando digo todo me refiero al arrebato de hacérselo, a la elección de qué hacerse, al cómo hacérselo y si dolía o no dolía para después darnos su valoración personal. Vamos, que me río yo de las retrasmisiones de los partidos de fútbol comparado con lo que hace Avril cuando se mete en un salón de tatuajes. Todo sucedió después de un día entre amigas...
¡Día de chicas! Estoy con mis chicas escuchando mi nuevo disco y poniéndonos al día. Os quiero, monadas
A esto que la cosa se empezó a ir un poco de madre, que si una cerveza, que si otra, que si nos pasamos a los cubatas, que si el día pasa a la noche... vamos, que en menos de dos horas agarraron un contento fino finísimo y se pusieron a jugar al "Yo no me atrevo a..." y claro, acaba pasando lo que acaba pasando:
Uy uy, el día de chicas empieza a ser noche de chicas. ¿Debería hacerme un nuevo tatuaje? Jaja
Obviamente era una pregunta retórica, porque a la media hora ya estaba sentada en el salón de tatuajes Shamrock Social Club, en Hollywood, tatuándose algo que no quería decir así de primera y que prefirió que su público vía twitter intentara adivinar:
Allá vamos. Siempre va bien tener uno a mano, puede hacerte daño, pero al mismo tiempo te mantiene unido. ¡La seguridad es lo primero!
Pero se cansó pronto del juego y pasó directamente a dar la solución (nada de 24 horas como hacemos nosotros con los Adivina Quién...):
Es un... ¡imperdible, zorras!
Efectivamente, se tatuó un imperdible (no una manada de zorras, que igual alguno se ha perdido en el concepto) y mientras que algún poprosero se estará planteando que seguro que mañana se arrepiente de habérselo hecho, os tengo que decir que os equivocáis por completo:
Me gustan todos mis tatuajes, todos me recuerdan la amistad, y muchos de ellos encajan con el de algún amigo. Son un momento de mi vida. Siempre que estoy pasando un buen momento, salto y digo: "Vamos a hacernos un tatuaje"
Vamos, que la nena está encantadita de la vida con su tatuaje y este se suma a la retahíla que tiene diseminado por todo el cuerpo. A este paso no le va a quedar sitio y va a tener que tirar de empastes para poder hacer hueco... Vía | Perez Hilton Foto | Avril Lavigne en Twitter