¿Dónde está el niño imberbe con cara de caerle mal a todos los de su clase por ser demasiado resabiado? Este chaval o desayuna, almuerza y cena batidos de proteínas con Kit Kat o ha sido inflado como un colchón de playa (voluntarios/as para hacerlo seguro que no le faltan). De Abraham Mateo pasamos a Abraham Peteo, y es que está bien petao', es acero para los barcos. Imagínatelo sudado cargando un saco de cemento mientras bebe una coca cola y te dice: "¡Sámbame mi niña bonita!"
Si me dicen que es el hijo rebelde de David Beckham que no se echa crema en la playa, me lo creo. Es la versión novelística turca de Romeo Beckham. Está más moreno que un Puleva sin pajita. Este Abraham sería capaz de separar las aguas y partir las tablas de roca de la Ley con esos bíceps. ¿Y la voz? ¿Sigue teniendo el agudo de un chihuahua herido? ¡Comprobémoslo!
Mi gente de Instagram, mi gente de 'twirer' (Twitter pronunciado a lo Abraham Mateo) no se si que este hombre tenga dos nombres bíblicos es una señal, pero estoy seguro que muchos y muchas van a seguir muy religiosamente sus redes sociales después de este artículo. Y porque no tiene 'Onlyfans', que si no también...
Pero musicalmente tampoco es moco de pavo, este tío es un triunfador en todas sus facetas. Lo está petando (estando petado) con los 'feats' (los duetos de toda la vida) como el de Carlos Baute y Marta Sánchez. Le va muy bien en la industria, no como a Jorge Javier en Tinder. Ha hecho duetos con Becky G (¿con o sin pijama?), Sofía Reyes y hasta con la mismísima JLo.
¡Vaya ligón está hecho el Taylor Lautner de San Fernando! Pedirle a este chico que te diga donde está una calle de 'La isla' debe ser un espectáculo con tanto movimiento e indicaciones con el brazo...
Por favor, ahora que conoces la cuenta de Abraham Mateo, no jubiles tu satisfyer por este Instagram, que a quien te lo regaló le costó bien caro. Y recuerda, este jovenzuelo de 22 años fue, es y será un niño repelente de los que salían con Juan y Medio. Que no te engañen esas pintas de discípulo del maestro Omar Montes.
Ya por entonces sorprendía a sus fans, auténticas locas carpeteras de 4 añazos que forraban sus baberos cons sus fotos (con los que se limpiaban la baba que se les caía al escucharle) y tiraban sus pañales al escenario como si fueran bragas... Era el príncipe azul que toda niña sueña tener a su lado, bueno, eso las románticas. Las de buen saque preferían al de las galletas Príncipe.
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