Pobre Beyoncé, si al final va a resultar que es humana y todo. Porque ¿a quién no se le saltan las lagrimicas cuando escucha una canción que le toca la fibra sensible? Desde luego, y a pesar de lo que pudiera parecer, Beyoncé se pega una buena panzada de llorar como Dios manda, pero sólo en momentos muy concretos.
¿Que cuáles? Pues cuando le da por ponerse a escuchar ‘Runaway‘, una de las canciones del último disco de su amigo del alma, Kanye West. Beyoncé ha confesado que es escuchar las cuatro notas solitarias del piano que abren el tema para que se le pongan los ojos como boniatos y le entre un hipo que ríete tú de la dama de las camelias.
El hecho de que cantara a grito pelado su dolor, su confusión y su ira, sin una letra escrita con anterioridad, fue algo conmovedor. Está cantando todo lo que hay en su corazón durante cinco minutos. Es tan vulnerable… Me encanta cuando un artista puede ser tan honesto.
Más que de un cantante, parece que está hablando de un cachorrito de teckel… Pero en cualquier caso, a Beyoncé le gustan los tiarrones que se pueden poner sensibles sin perder un ápice de su masculinidad. Aunque no me imagino a su maridísimo Jay-Z poniéndole ojitos con su metro noventa y sus correspondientes kilazos de rapero chungote.
Foto | Facebook oficial de Beyoncé
Vídeo | KanyeWestVEVO
Vía | Digital Spy