No me digáis que no da un poco de yuyu el nuevo cuerpo de Pars Hilton, que yo cuando la he visto posando para la nueva campaña de la firma brasileña Tritón, en la semana de la moda de Brasil me he quedado ojiplático perdido. Ella, que siempre había alardeado que lo bonito de un cuerpo femenino eran las curvas y el aspecto frágil, las cadencias, la sutileza… ¡y ahora se parece cada día más a Anna Bratilova con esos brazos y esos cuádriceps que me está echando! ¿A que creéis que se debe este misterioso cambio en su organismo?
Bueno, no os lo preguntaría si no supiese la respuesta, que la sé como es obvio. Aunque os resulte difícil de creer, Paris Hilton se ha aficionado al culturismo. Exacto, como lo oís, ahora a la multimillonaria más excéntrica de todos los tiempos, le ha dado por cambiar su zumo de pomelo matutino por uno de proteínas y claras de huevo a mansalva, que ha ella le mola el rollo de que cada vez que levante los brazos para pedir un taxi la camisa grite suplicando que baje el brazo o estalla. Vamos, a lo que nos tiene acostumbrados Paris Hilton desde hace unos años…
¿Que cómo le ha dado por ponerse a practicar culturismo así de repente? Hombre, de repente de repente no ha sido, que el problema viene a raíz de que se trata de un deporte del que es seguidor su novio Cy Waits, con quien sale desde el pasado verano. Y no sabemos si por amor o porque realmente a la rubia le apasiona el mundo de los gimnasios, los nutrientes, las proteínas y los músculos pero desde hace unos meses está siguiendo una dieta de 3.500 calorías al día que combina con ejercicios cardiovasculares de alta intensidad, levantamiento de pesas y 30 minutos de carrera por la playa.
Al principio no se veía capaz de acostumbrarse a ello, pero ahora Paris está encantada con su nuevo cuerpo. Y a Cy le encanta también, siempre le dice lo impresionante que está
Impresionante desde luego que está, y si alguna vez me que quejado de que Paris estaba demasiado delgada, esto es un buen paso. Pero de ahí a que Paris Hilton vaya a acabar convertida en una máquina de generar músculos con una pantorrilla que me río yo de los jamones de Jabugo pues… me quedo con la Paris frágil y delicada (que no delgada) de todos los tiempos, que ya le había cogido cariño.
Fotos | Tritón