Que Miranda Kerr está pasando por uno de sus mejores momentos es algo que no podemos negar ninguno de nosotros, desde luego. Acaba de ser madre hace nada como quien dice (unos cuantos mesecitos pero ella lo sigue disfrutando como el primer día), tiene a su lado a un hombre que le trata como una reina y, para que engañarnos, el embarazo le ha sentado a las mil maravillas. Que antes se quejaba de estar un poco plana y algo delgada y ahora... ahora solo hay que ver la portada de Harper’s Bazaar Australia para darse cuenta de lo que hace traer una criatura al mundo.
Y lo de Orlando Bloom es para echarle de comer a parte. Si es que hasta en la sala de parto se comportó como el caballero que estamos todos acostumbrados a ver:
Estuvo en todo momento a mi lado. No le dejé ni siquiera ir al baño... tuvo que hacer pis en una botella
Si es que las hay con suerte en este mundo. Y ahora que ya está con su churumbel y un marido que mete en casa más dinero del que pueden gastar, parece que la cosa va viento en popa. De momento no podremos verla en las pasarelas mucho tiempo, que prefiere dedicarse a ser mamá y que sea papi quien levante a la familia. Pero eso sí, en cuanto pueda, se reincorpora inmediatamente.
Eso y que además como en casa se maneja mucho la claqueta, a Miradan Kerr no le importaría hacer algún que otro pinito en el asombroso mundo del celuloide. Que con eso de que duerme en la misma cama que Orlando Bloom, si se lo propone puede tener clases privadas de interpretación:
Si alguien me lo ofreciese y fuera un papel interesante no lo rechazaría, desde luego, pero ahora no es algo en lo que realmente esté pensando
Se quejará la criatura de los padres que tiene... con qué orgullo va a hablar de ellos en el colegio cuando les toque presentar las profesiones de la familia (y de paso presume de madre, que no todos podemos decir que esa que luce en la portada es la misma que a uno le da un beso por las noches antes de acostarse)
Foto | Harper's Bazaar