Entre lo de Megan Fox del otro día para Armani y ahora ésto, creo que dentro de poco voy a necesitar un detector de celebrities para que me informe si son o no son realmente ellos, porque desde luego a este paso una se va a convertir en una completa ignorante del medio. Porque que los maquilladores y estilistas hacen maravillas y hasta más milagros que Lourdes, es por todos sabido, pero ya que sean capaz de transformar completamente a la famosa de turno de manera que se nos vuelva irreconocible, pues ya es otro cantar.
Un claro ejemplo de todo este periplo que os comento es la nueva portada de Harper’s Bazaar edición México que si lo sé lo pongo en un adivina quién porque deducir que es Irina Shayk es algo que, al menos para mí, escapa de mi entendimineto. De hecho hasta lo he dudado varias veces, incluso viendo el nombre de la modelo ahí al ladito.
Que sí, que os lo juro por Snoopi que es Irina Shayk, la novia de Cristiano Ronaldo, la misma que viste y calza y que con semejante restauración facial han borrado todo signo identificativo, lo cual hay que reconocer que también tiene su mérito. Sin embargo, sinceramente, me quedo con la Irina de siempre, mucho más mona que esta otra versión de sí misma (o de otra misma… Sí me sigo planteando si es ella…).
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