De verdad que algunas parece que no tienen espejos en su casa. Porque si los tuvieran, a poco que hubiesen cultivado algo de buen gusto en eso de conjuntar y vestir se darían cuenta de la facha que llevan antes de poner el pie en la calle y hasta ellas mismas gritarían espantadas y subirían a ponerse aunque fuese una bolsa de basura en la cabeza. Porque por ejemplo, lo de Paula Vázquez y sus estilismos de película son para echarle de comer a parte, que he visto gente en Carnavales con más pinta de ir disfrazada tal y como van en su día a día que a esta mujer.
María Castro es otra de las que no sé muy bien que entienden por innovar en la moda. Quizás para ellas sea ponerse una lechuga en la cabeza y aprovechar las plumas del pavo de navidad para hacerse una falda (y si no a los resultados me remito para emitir semejante veredicto). Y Elena Tablada... tiene buen cuerpo, de eso o cabe duda, pero ir como la princesa Xena o pero aun, como la princesa Leia, enseñando cacha y muslo como si fuera la cosa más normal del mundo, correcto lo que es correcto no lo veo, la verdad.
Nicole Scherzinger, recién sacada de una película de terror como si un coche le hubiese pasado por encima y la muchacha, tal cual sale del siniestro, se presenta en la fiesta. Creo que no se ha dejado ningún estampado por colocar en su cuerpo. Y lo de Rihanna... no sé si echarme a reír o directamente a llorar y darla por perdida, porque hay que ver que la nena nunca acierta conjuntando. Chenoa es otra de las que también cogen la revista ‘Hormonadas quinceañeras’ y decide coger looks al azar para ver que tal sientan todos juntos. El resultado no creo que haga falta comentarlo.
Sharon Stone, con eso de que se le respeta en el mundo del cine, se toma bien a pecho que puede hacer lo que le plazca y conjunta su looks con los ojos cerrados y recién acabada la botella de vino. Algo parecido le ocurre a Salma Hayek, que madre del amor bendito con sus conjuntos… ¡Sálmanos de ella! Pero vamos, que ellos no se libran tampoco: sobre los gustos de Eduardo Casanova podría hacerse un libro y el Miguel Ángel Silvestre estará bueno pero nos lleva últimamente unos estilismos que me dan ganas de hacer colecta a ver si entre todos le pagamos un estilista.
Foto y Vía | In Touch