Madre del amor hermoso, aquí el dicho de cría cuervos y te sacarán los ojos se queda más que corto. Y es que si todos los personajes, por muy famosos y respetados que sean, siempre llegarán a una edad en la que serán reemplazados por las nuevas generaciones, seguro que lo que menos se espera es que ese reemplazo sea forzado y nada menos que por sus propios hijos.
Eso es lo que le ha pasado al famoso estilista Luís Llongueras, que si bien la empresa que fundó en 1987 seguirá llevando su apellido ya no será porque él sea el jefe. La hija del peluquero con la voz más perturbadora de éste nuestro país ha sido quien le ha despedido a través de un burofax, ahí ahí que no se diga que no hay tacto.
Eso sí la empresa, muy amablemente, reconoce que ha sido un despido improcedentee indemnizará a Luís con 6.258,63 euros y un finiquito que no llega a los 900 euros, muy fuerte de verdad pero aún es más fuerte el motivo oficial del despido.
Porque las tareas que usted realiza no son satisfactorias para la empresa ni ostenta actualmente ningún poder notarial para ejercerlas.
Claro ya me dirás tú que pinta un peluquero mundialmente conocido como presidente de una marca de peluquerías, es un sin sentido. Al parecer las razones reales del afectuoso y sentido despido han sido una venganza por parte de sus hijos y ex mujer, que siendo también una parte importante de la empresa fue despedida por Llongueras hace poco más de un mes.
Lo que ha sucedido es que, ahora, sumando las acciones de mi ex mujer y de mis dos hijos mayores, suman más del 50% y pueden decidir sin mi consentimiento.
Luís dejó su empresa en manos de sus hijos Esther y Adán en el área financiera, para dedicarse al aspecto creativo, aunque como presidente aún participaba de las decisiones estratégicas, pero alma de cántaro ¿no sabes que quien parte y reparte se lleva la mejor parte?
En fin habrá que ver a quién vemos ahora en las cajitas de los tintes, con lo gracioso que me parece a mi este hombre.
Vía| El País
Foto| Llongueras Facebook