Sí, Amy Winehouse sigue en el Caribe, a este paso quizá le acaben dando trabjo en el chiringuito del hotel como animadora social, porque lo que iba a ser un tranquilo viaje de dos semanas se está alargando considerablemente.
Hace unos días la cantante afirmaba estar ya completamente limpia de toda sustancia, que ya no necesitaba las drogas y que había recuperado el camino. Claro, que a pesar de que eso pueda ser verdad, la chica se sigue metiendo unos cuantos lingotazos para el cuerpo y la bebida nunca falta en su mesa. Vamos que lo mismo me da que me da lo mismo.
De hecho la cosa de la priva ha llegado a tal extremo que Wino parece que se dedica a mangar las bebidas al resto de ocupantes del hotel. Sí, sí, se dice que se esconde en la barra del bar, o detrás de las mesas y se bebe las copas de los demás (y hasta el agua de los floreros si hace falta)... ¡pero si esos sitios son por lo general de todo incluído! No me extraña que hechos como este (entre otros muchos, como no se podía esperar otra cosa) hagan que la dirección del resort esté un poco hasta el moño de la reina del soul. Y no es para menos.
Así se la ha visto estos días, de esta guisa ha sido pillada por los propios empleados del complejo en el que se aloja, literalmente por los suelos y sin pudores como es lógico en su modo de vida. La razón, es que debía de estar un poco perjudicada de tanto cócktel. Pero no sólo eso, parece que además las fiestas se alargan hasta altas horas de la noche y siempre acompañadas de unas buenas copitas, que sino no es lo mismo.
Aquí podríamos decir eso que aunque la mona se vista de seda, mona se queda. Y es que a Amy le hace falta algo más que buenas intenciones y declaraciones, porque a este paso van a ser los propios dueños del hotel los que la van a comprar un billete de vuelta a Londres sin posibilidad de volver a pisar la isla.
Vía | The Sun