Si alguien pensaba que no iba a ver una exclusiva de esta boda, perdonad que os diga, pero es muy iluso. Teniendo en cuenta que han hecho de su vida un reality, momentos como estos se venden a precios desorbitados y hay que sacar tajada de todo lo que sea necesario, que con lo que se han gastado en cubiertos y vestidos y demás, hay que solventar gastos, que estamos en crisis… al menos algunos.
Pues sí, la boda de Kim Kardashian ha sido todo un acontecimiento que seguirá dando mucho de qué hablar. Si bien el otro día ya vimos las primeras imágenes, las oficiales nos las trae la revista People donde parece que sólo se casó ella, porque del novio en la portada ni rastro… a ver si no estuvo tampoco en la ceremonia… Menos mal que siempre nos quedarán otras revistas que sí se han hecho eco del pobre Kris Humpries...
Kim Kardashian nos lució un vestido de Vera Wang que le costó alrededor de los 30.000 dólares, que ahí es nada y en joyas debía llevar unos diez millones, según ha comentado la prensa internacional. Tela lo que haría yo con tanto dinero. Eso sí, el novio mucho más austero con su traje blanco de 3.000 dólares con el que parecía una estatua de mármol. Claro, que si a todo ello le sumamos todos los preparativos, 440 invitados y demás, como que la exclusiva era absolutamente necesaria.
Sigo pensando que esto es como el dicho de “la burra grande, ande o no ande” y eso de creerse la realeza de Hollywood como que queda muy lejos de la realidad, porque manda huevos, y mandó tres docenas…
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