Madre mía, lo que hacen los sujetadores push-up, obran más milagros que la virgen de Fátima, o sino que se lo digan a Mischa Barton que está dejándose ver en el Festival de Cannes 2010, más concretamente en la superfiesta benéfica contra el SIDA más glamourosa que celebra la ciudad francesa.
El caso es que además de los fantásticos modelitos que vimos (impresionante JLo), Mischa fue una de esas invitadas que consiguió desviar todas las miradas. No, esta vez no vamos a hablar de su peso efecto yo-yo, aunque me da que ya ha comenzado la bajada estrepitosa hacia el hueso más pelado, sino que la coas va por otros derroteros.
Para empezar, el vestido he de confesar que me encanta, sin embargo, hay que reconocer que en el fondo, las miradas las localizó todas en esa portentosa pechonalidad de la que iba haciendo gala, en ese escote que casi rozaba los límites de lo exhibicionista…
Como podéis comprobar, no es bobada lo que digo, los fotógrafos bien aprovecharon los “buenos” ángulos para retratar a la Barton, que menos discreta todo.
Así me gusta, lúcete, que me da que en breve estarás como una raspa de pescado y no habrá por dónde mirarte… ojalá me equivoque, todo sea dicho de paso.