Lindsay Lohan está más que dispuesta a limpiar su imagen, si es que eso es posible a estas alturas. Sí, la “actriz” quiere enmendar errores y encauzar su vida y su carrera profesional, porque digan lo que digan ella se considera muy buena en su trabajo.
Pues bien, para empezar con esta campaña de limpieza espiritual y corporal ha posado ni más ni menos que para la portada de Vanity Fair. De verdad que no entiendo lo de esta revista, ha pasado de ser el culmen del glamour y del buen gusto a dar entrada a todo quisqui… aunque bueno, tampoco es la primera vez que posa para ellos. El caso es que ahí la tenemos con ese aire Grace Kelly a bordo de un barco dando lo mejor de sí misma y dando declaraciones de esas jugosas sobre su vida y milagros…
Lilo admite haber cometido errores en el pasado y haber tomado con ligereza algunas cosas. Se sentía una chica curiosa y sí que le dio por probar muchas cosas, que la gente con la que se juntaba no era la más adecuada, pero que sepáis que ella nunca, nunca de los jamases ha abusado de ello… me meo toa...
También habla de su padre, para no variar, diciendo que es de esas personas a las que quiere superar de una vez por todas y que no entiende cómo podía llorar a lágrima viva en el juicio donde la condenaron a cárcel y luego hablar con toda la prensa habida y por haber para sacar trapos sucios. Cari, ya sabes, tienes una joya de papi, qué le vamos a hacer.
Pues nada, nada a ver si de verdad de la buena te vemos levantar cabeza y dejas de liarla parda. Por ahora nos conformamos con la sesión de fotos…
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