Si hablásemos de escándalos y de hacerse notar, desde luego Kim Kardashian sería de esos seres del panorama famosil que se llevaría la palma junto a otros elegidos, sin embargo, esta vez (oh milagro), los tiros no van por ahí.
Y es que hacía mucho que no veíamos a Kim Kardashian en una portada de revista que no fuese las típicas de los miércoles en las que siempre tiene o jaleo con el marido o quiere un bebé. Es que mira que son repetitivas a la par de cansinas. Menos mal que siempre nos quedarán otros ejemplares del papel couché con lo que no nos entran ganas de quemarlo todo.
Esta vez nos ha tocado Harper's Bazaar en su versión árabe donde la nota la damos gracias a ese corpiño tan musical que se nos ha plantado la Kardashian. Lo más raro es verla simplemente la cara, como que si no enseña carne y saca trasero hasta sufrir convulsiones lumbares no es lo mismo, siento como si un primer plano de la cara fuese una novedad. Claro, que ella, que se gusta poco, está encantada de la vida con el resultado final y eso que era la primera vez que posaba para el otro lado del mundo, tal y como ha dicho en su blog. Si es que, si no nos queremos nosotros los primeros... aunque algunos se han convertido en los mayores fans de si mismos...
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