Esta es la casa donde vivirá Isabel Pantoja tras abandonar Cantora: los planes de la mudanza y los motivos de su marcha

El epicentro del salseo, la catedral del folclore, el núcleo del corazón... Son muchos los sinónimos que sirven para describir Cantora, sin embargo, habrá uno de ellos con el que nunca más nos podremos referir a la finca de Paquirri: la casa de Isabel Pantoja. Según ha confirmado Antonio Rossi, la tonadillera patrocinadora de los blanqueamientos bucales ("dientes, dientes, que es lo que les jode") ha tomado la decisión de coger el barco velero rumbo a la bahía y dejar atrás el lugar donde empezó todo...

La idea de Isabel Pantoja es empezar de cero. Antes de ponerse manos a la obra con el plan renove de su vida, que igual le da por ponerse a cantar reggaetón o componerle canciones al chicken teriyaki como Rosalía, la folclórica ha considerado que lo mejor es poner tierra de por medio con su pasado, ese que ha vivido en su totalidad dentro de la finca de Medina Sidonia: "Quiere vender e irse, pero tiene que hablar con los abogados de Kiko Rivera", aseguraba el colaborador de 'El Programa de Ana Rosa'.

Aunque la idea principal de la Panto es trasladarse a Madrid con una maleta cargada de sueños (y que la lleve cual mulo de carga su escudero Agustín Pantoja), Isabel tiene un plan B, una nueva base, donde alojarse en lo que venden ese establo convertido en habitáculo llamado Cantora. Su proyecto es mudarse a la casa que tiene en El Rocío, tal y como ha desvelado la revista 'Semana'.

Así es la casa donde vivirá Isabel Pantoja

Isabel se hizo con esta casa de familia rica de los 'Bridgerton' (Netflix) en su versión más castiza en el año 2000, por la friolera cifra de 93.000 euros (antes de que ni siquiera existiera el euro). Ahora se habría revalorizado ya que podría pedir por ella hasta cinco veces más. Una venta que podría venirle de lujo a la cantante dado que en su día tuvo que afrontar una deuda de más de 40.000 euros en gastos de mantenimiento.

La vivienda, situada en Almonte (Huelva) cuenta con más de 400 metros cuadrados, 10 dormitorios con literas, enormes salones donde imaginar que hace conciertos mientras se escucha a sí misma en Spotify, un porche con terraza y un jardín.

Allí la hemos visto disfrutar de romerías, de amigos, pero sobre todo, de su amor bandido con Julián Muñoz, el señor que no necesita usar mascarilla de lo alto que lleva los pantalones. Esas paredes son testigos directos de los arrumacos, las cosquillitas que le hacía a Isabel el bigote del exalcalde de Marbella cuando se besaban y de los mayores secretos de la pareja allá por 2003, época dorada de su amor.