Me podré meter con ella todo lo que quiera y más, diré que es una arrogante, que la falta masa encefálica en la cabeza y que su única obsesión en esta vida es comprar y comprar a toda costa para estar siempre a la cabeza, ya no del resto de os mortales, sino a la cabeza de la pequeña montaña que tan solo unos ricachones y damas de alta alcurnia pueden escalar: la de la fama.
Pero que Victoria Beckahm es una mujer de nuestra época y que se ha convertido en un incono y referencia de la moda, eso no se lo puedo negar ni discutir. Si bien hace poco comentábamos de las dotes estilistas cada vez más mejoradas de Emma Watson que le habían hecho ganarse el título de la actriz joven que mejor vestía, Victoria Beckham podría perfectamente ostentar el título honorífico de mujer mejor vestida de este año. Porque más que ir bien vestida, ha innovado con todo lo habido y por haber, a todo le da su toque personal, está a la ultima en cuanto a marcas y diseñadores y si queremos ver cual va a ser la próxima tendencia o color que se va a llevar, solo hace falta fijarnos en ella porque, aunque cueste reconocerlo y sus pelas le cuesta, esta mujer siempre está a la última.
Y eso tiene mérito, mucho mérito. Porque es un continuo punto de vista de miles de tiendas de moda, diseñadores, críticos de moda y prensa del corazón. Y eso tiene que ser una presión increíble (si bien es la única que tiene, porque creo que aparte de dedicarse a estar siempre a la última, no tiene otra ocupación) porque siempre ha de estar dando buena imagen si quiere alcanzar la cumbre que tanto ansía (que yo creo que ya lo ha hecho) y lo más difícil: permanecer en ella.
No te voy a quitar mérito Vicky donde lo tienes pero, chica, sinceramente no todo se reduce a salir bien vestida por la calle.