Bueno, eso o que como viene siendo normal, Kate Moss por estas épocas del año empieza a desarrollar lo que comúnmente denominamos barriga cervecera y surge como resultado de fructíferas noches de tapas y cañas por las playas más exquisitas y selectas de la geografía mundial. Y claro, ya sabemos que la cerveza de por sí sola no engorda pero acompañada de unos buenos pinchos de jamón y unas aceitunas... obra maravillas en lo que viene siendo la fisionomía.
Y los paparazzi, que a estas alturas del cuento quieren sacar noticias de donde no las hay (por eso de que estamos en verano y el calor amodorra y da pereza), en cuanto han visto la panza que se gasta la nena y que, aun con todas las explicaciones que la cerveza puede dar a esa pequeña protuberancia que a la modelo le ha salido, se sigue matando a correr y a hacer spinning por las mañanas, se han querido imaginar que la explicación más razonable que existe a todo esto es que la rubia se nos ha quedado embarazada nuevamente.
Y os digo: Yo que me sé de lo que hablo después de tantos años escribiendo en esta santa revista, os aconsejo que no os toméis muy en serio estas cosas porque a Kate Moss le dejan embarazada siempre por estas fechas y al final resulta que lo único que tiene son gases o un ataque de salmorejo con tortilla de patatas que no termina de digerirse. Yo, por supuesto, os tengo que informar de todo pero mejor esperar a que la tripa de un poco más de sí para decir con seguridad que a lo mejor nos hace tíos a todos nosotros.
En Poprosa | Kate Moss luciendo pezones (y qué pezones) para la revista Another Man En Poprosa | Kate Moss, si estabas buscando excusas para no hacer la mudanza, esta ha sido muy buena Foto | Kate Moss en Twitter