Me río yo sola, para que veáis qué mal estoy de la cabeza. Resulta que Blake Lively ha estado en el Festival de Berlín presentando su nueva película, ‘The Private Lives of Pippa Lee’. Como era de esperar, hizo gala una vez más de su buen gusto y su elegancia con un precioso vestido blanco de Oscar de la Renta que le sentaba como un guante. Pues ya sabéis lo típico de estas situaciones, poso por aquí y foto, poso por allá y foto, sonrisa, foto, foto… Como digo, lo típico.
Bueno pero es que no es eso lo más interesante de la visita a Alemania de la actriz. No, no. A pesar de que muchos cuando vamos a un sitio nuevo, ya sea país o ciudad o pueblo, lo que nos gusta es probar cosas típicas que no comes a menudo o que simplemente no has probado nunca, aunque sólo sea por el mero hecho de decir “lo que comido”, parece que a Blake eso no le va demasiado. Parece que lo que realmente se le puede aplicar es eso de “más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer” (ahí me volvió a salir el refranero popular).
¿Por qué? Ya veréis, ya.
Para qué probar chucrut, que al fin y al cabo es berza cocida, para qué comer unas salchichas, para qué si puedes ir a un McDonals a comer una hamburguesa con tu novio. Sí la guapa actriz y su chico Penn Badgley fueron captados con los mismos modelitos con los que pasearon por la alfombra roja en una hamburguesería. Nada de ponerse unos vaqueros y una camiseta, cuando el hambre aprieta se va con lo puesto, aunque sea con un modelo que cuesta más que todas las alitas de pollo juntas del local. Vamos que si se lo mancha con ketchup sería para matarla.
Supongo que es una buena forma de constatar que una hamburguesa sabe igua a ambos lados del Atlántico. Algo empíricamente probado. Anda que no habrá buenos restaurantes en Berlín para acabar comiendo un Big Mac con patas fritas, clama al cielo poproseros, clama al cielo.
Fotos | Blake Lively Web