¡Quién la diría a Sharon Stone que perdería a su hijo por una cuestión de pies! Hace algunos días se confirmó la noticia de que perdía la custodia de su hijo mayor, Roan, a quien adoptó mientras estaba casada con el editor Phil Bronstein. Y como sabemos, es raro que a una mujer la quiten la custodia de un hijo, pues, por lo general, el juez la mayor parte de las veces, ve mejor una figura materna que una paterna (no se cuales serán los motivos).
Según el diario británico, Daily Mail, el juez del Tribunal de Los Angeles, calificó a Stone de “exagerada” por querer aplicarle botox a su hijo. ¿Arrugas incipientes en la piel? ¿Patas de gallo? ¿Señales en la frente?...no señores, no. ¡Botox en los pies porque huelen mal!
Según un documento del Tribunal Superior:
"La madre (por Stone), parece exagerada en las cuestiones médicas relacionadas con Roan."
¿Qué ha pasado? Pues que el padre ha considerado mejor opción para el olor de su hijo el comprarle unas plantillas para los pies y un desodorante para que no le huelan las zapatillas, en vez de hacer pasar a la pobre criatura a tan temprana edad por un quirófano.
Por tanto, el Tribunal ha decidido que el hijo de la actriz viva únicamente con su padre, y podrá ver a su madre mediante un programa legal de visitas. Para la próxima querida ándate con más cuidado y pon los pies en la tierra, que cosas así, más propias de una madre, son de una persona sin dos dedos de frente.
Vía | Arrebatadora