Todos somos Kim, sobre todo después de tomarnos un paquete de pipas con sal. Son momentos duros para ella: no entiende por qué Kanye West utiliza temas personales para hacer política (o algo medio parecido) como cuando habló del posible aborto de su hija North. ¡Ni que ella vendiera sus intimidades en los realities!
Kim, es ''impossible'': le llama, le grita, pero no la necesita. El rapero ahora prefiere centrarse en la música, ha dado más volantazos que el piloto del avión de Melendi. Como presidente, propuso legalizar el cannabis y flexibilizar el uso de armas porque ''disparar pistolas es divertido'', comentario con el que se ganó a todos los feriantes que viven de las escopetas de perdigones en EEUU.
Según fuentes muy cercanas a Kim, la Kardashian está ''amargada'' a niveles del último disco de Álex Ubago con estas sandeces que dice el rapero. Kanye West, ¿por qué no te callas? Kim Kardashian le ha puesto un punto en la boca, aunque ella sea más de ácido hialurónico, pidiéndole que deje de hablar de sus hijos. Por cierto, en España a los kanyes los escribimos con ''c'' (de canis).
La Kardashian estará escondiendo los dinerales en la piscina, aconsejada por Juan Carlos I, dado que su marido regalaría un millón de dólares a todos los americanos con hijos. Así le ha declarado la guerra a Durex; y Ramos y Pilar Rubio ya tenían las maletas.
Según la familia, West tiene un episodio bipolar (todavía no disponible en Netflix) y que no está tomando la medicación porque le hace ser, atención, ''menos creativo''. Hipótesis que descartaría: imaginativo se le ve un rato. Eso, o ha testado (por seguridad) todos los estupefacientes que quiere legalizar.
Vía | Just Jared | ¡Hola!
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