Y por lo visto no eran precisamente baratijas, hoygan: a las cinco de la mañana (hora local) y mientras nuestra musa más ye-yé se dejaba las caderas bailando con su casi tocayo y admirado bloggero Pérez Hilton, la policía recibía una llamada que avisaba de que un hombre con una sudadera de capucha y guantes forzaba la entrada principal de la casa que Paris tiene en Sherman Oaks (California).
Una vez dentro, el avispado encapuchado se dirigió a su dormitorio y lo puso patas arriba hasta encontrar su ansiado botín: sus preciadas joyas valoradas en unos 2 millones de dólares, nada más y nada menos.
Imaginamos que el chavalote en cuestión estará siendo buscado hasta debajo de las piedras, 2 millones de razones se me ocurren para hacerlo. Aunque, siendo malos de nuevo… ¿estará el mercado negro americano tan mal como para tener que robarle a una de sus “musas”? ¿será Paris de las que ponen sus iniciales en todas sus alhajas?
Mucho me temo que a este ya lo habrán pillao con el carrito del helao antes de que Papá Noel me deje sus presentes en mis calcetines navideños…