Madre mía qué fuerte, qué fuerte, qué megafuerte. Si ya de por sí lo de la relación de Rob Kardashian con Blac Chyna me parece una puñalada trapera en toda regla, ahora que se pongan a sonar las campanas de boda me deja estalactita perdida. Claro, que si yo estoy así, las hermanas del novio tienen que estar a punto de entrar en erupción...
Empecemos desde el principio que va a ser mejor. Sinceramente, no le hemos dado visibilidad a este tema porque pensábamos (confiábamos y esperábamos), que fuera un calentón momentáneo, pero parece que la cosa va a más.
Él es Rob Kardashian, componente del klan,* que llevaba mucho tiempo desaparecido (como desde la boda de Kim) debido a una subida de peso tremenda que le llevó a apartarse de los medios y hasta de las redes sociales.
Ella es Blac Chyna, la ex de Tyga, el novio actual de Kylie Jenner, y madre de su hijo. Sí, como lo oís, todo queda en familia. De hecho, Blac siempre fue una buena amiga de las Kardashian hasta que su chico la dejó por la pequeña de las Jenner.
A consecuencia de esta relación, Rob se fue de la casa de Khloé donde estaba viviendo, para irse con su nueva chica, la indignación de Kylie subió por niveles insospechados (única vez -y espero que no haya más- que estoy de acuerdo con ella) y los mensajes cruzados en Twitter sobre el valor de la familia se sucedieron cosa mala.
El caso es que ahora la cosa empeora más si cabe (o no, yo ya ni sé...) porque Rob le ha pedido matrimonio a Chyna y ella ha dicho que sí como nos han mostrado en su cuenta de Instagram...
Como veis, no ha dudado en enseñar su pedazo de anillaco a todo el mundo y ya ha dicho que está deseando convertirse en Blac Kardashian. Sí, yo sé de unas cuantas a las que les va a dar un parraque si es que no les ha dado ya.
Y, como no podía ser de otra manera, las felicitaciones ya han llegado, como la de Amber Rose, la ex de Kanye West con la que ahora se lleva bien Kim después de protagonizar una pelea de gatas durante mucho tiempo.
El que parece que se lo ha tomado bien es Tyga que ha dicho que todo el mundo merece ser feliz y que no le concierne a él decidir qué es la felicidad de los demás. En su cuenta de Twitter además ha dicho que está feliz con el compromiso de la madre de su hijo y que lo único que le importa es que, precisamente, su hijo crezca en un buen ambiente. Lo demás le da igual.
Vamos, que el culebrón de a familia Kardashian no hace más que enrevesarse más y más. No sé hasta dónde llegaremos, aunque tampoco sé si quiero saberlo...
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