Desde hace ya un tiempo estamos viendo como nuestra ya no tan pequeña Lindsay Lohan es cada vez más y más y más popular entre los medios de comunicación: primero por motivo de su boda con la DJ Samantha, luego que si se tatúa o se deja de tatuar, que si ya no es lesbiana, que si sus ex le atacan en la prensa rosa y dicen que todo es por vicio y un mero montaje para sacar tajada de todo ello, vamos, que su vida es de todo menos aburrida.
El caso es que, después de hacer oficial la boda con la DJ Samantha Ronson, Lindsay está pensando en dar un paso más allá en su relación y, aunque no se lo crean, aflora en ella un espíritu (temámosle) maternal.
Lindsay Lohan quiere ser madre.
Pero claro, por motivos que creo no es necesario que os explique, el hecho de que la pareja conciba un hijo de forma natural es un tanto...difícil, así que Lindsay opta por la adopción en vez de la fecundación in vitro por parte un generoso donante que se ofrezca a ser el dador de genes de la nueva estirpe Lohan-Ronson.
Lohan dice que está más feliz que nunca desde que encontró el amor de Samantha, y según ella, las malas experiencias de su vida le han hecho crecer y harán de ella una gran madre:
“En algún momento quiero adoptar un hijo. No sé si será un niño necesitado o un recién nacido de otro país. Aún no estoy segura”.
Qué fue de aquella inocente Lohan… En unos meses su vida a dado un cambio radical, y, de pasar a no reconocer a su pareja sentimental e intentar ocultar su homosexualidad, lo ha reconocido, piensa casarse con ella, le ha presentado a la familia y anda con planes de adopción en mente ya...no se anda con rodeos, no señor.
Vía | Alfombra Rosa