Gisele Bündchen, además de ser guapa y de ser buena modelo, es una hija ejemplar que muchos padres quisieran (tanto por como se porta con ellos como por el pastón que gana esta mujer al año).
La reina de las pasarelas fue nombrada recientemente la modelo más rica del mundo por la revista Forbes, cuyos editores le estimaron unos ingresos anuales cercanos a los 35 millones de dólares.
Pues bien, según la prensa estadounidense, la modelo envía a su familia residente en Brasil anualmente cerca de 10 millones de dólares para protegerse de los secuestros, a modo de soborno.
Aunque pienso que quizás eso es exagerado tanto por el motivo como por la cifra y me cuadra más lo que algunos amigos de la modelo han afirmado para la revista Star: que manda un tercio de todo lo que gana de vuelta a su país de origen, para sus padres y sus cinco hermanos pero con el fin de que éstos se compren todos los enseres y útiles para vivir que necesiten y para que de vez en cuando se den unas merecidas vacaciones (con el dinero de la hija, claro está).
Un modelo a seguir, si señor.
Vía | La Calle de Guayaquil