A estas alturas ya no debería sorprendernos nada de Britney, pero al parecer, aún está a tiempo de volvernos a dejar boquiabiertos con sus salidas de tono.
Ayer mismo la cantante sufrió un ataque de histeria en su propia casa que provocó que incluso acudiera la policía.
Al parecer, Britney se negó a dar sus niños al guardaespaldas de su ex, Kevin Federline, que tenía que recogerlos a las 19:00 tal como acordaron, así que ni corta ni perezosa nuestra alocada favorita se encerró en el baño con los dos pequeños, Sean Preston y Jayden James.
Ya habían pasado 45 minutos de encierre y Britney seguía sin dar su brazo a torcer. Los gritos y su evidente estado de alteración alertaron a los presentes hicieron que por fin alguien se decidiera a llamar al 911, porque se temía por la seguridad de los pequeños.
Al final Jayden fue llevado al hospital por razones preventivas, aunque se encuentra bien, y Britney fue detenida y reducida en una camilla y presuntamente sedada. Las fotografías hablan por si solas: risa histérica alternada con total desesperación. Se dice que los próximos días los pasará en el prestigioso centro médico Cedars-Sinai.
Por su parte, Kevin Federline ha obtenido, dramáticamente eso sí, una nueva excusa para tener totalmente para sí la custodia de estos dos pequeños que ya están viendo demasiado sufrimiento y extravagancias para los pocos añitos que tienen. Una pena.
Hasta el próximo lunes 7 no se sabrán más detalles sobre la decisión inminente de los jueces en este rocambolesco caso de custodia.
Vía | TMZ, Hollyscoop