Como todo el mundo sabe, Brangelina, después de no se cuantos mil rumores de boda, y otros tantos de desamores, por fin, han decidido dar el gran paso, y sí, parece que es oficial que se casarán. Pero claro, que tratándose de un pareja tan poco común, la boda no va ser en plan petit comité, ni mucho menos. Ellos son de bodorrio, como diría mi abuela, ¡que no se respire miseria! ¿Y a qué no sabéis quién está haciendo las veces de wedding planner?, pues el mismísimo Brad Pitt, el cual según parece, no tiene tiempo ni de respirar con tanto preparativo.
Para empezar, la pareja lleva gastados unos 10 millones de dólares en poner su casa a punto, según parece han contratado a uno de los mejores restauradores. Y Pitt como buen jefe, ha ofrecido a los obreros una suculenta paga extra, siempre cuando dejen todo niquelado y lo antes posible. La verdad es que la obra de está mansión, está durando casi más, que la de el Monasterio del Escorial.
Además, entre otras muchas frikadas, está intentado instalar una pista privada de aterrizaje, no un helipuerto, que eso está muy visto, sino una pista como dios manda, para los que quieran llegar en jet privado, ¡o sea, te lo juro!
Además y por si fuera poco, Pitt está muy implicado en el tema de la comida y bebida, porque como os podréis imaginar todo ha se ser orgánico, y además debe estar producido en la misma zona. Vamos que entre esto y lo del anillo, creo que que ha Brad se le está yendo un poquito la olla con el tema de la boda. Todo sea por dar el gusto a Angelina.
Vía | E!
Foto | Gtres
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