Volvemos al juicio más famoso de la historia después del que enfrentaba a actores sobreactuados en el programa de Telecinco que presentaba Sandra Barneda en sus inicios ('De buena ley'). El surrealismo ha vuelto a inundar la sala del juzgado de los tribunales de Fairfax (Virginia, Estados Unidos) donde se están enfrentando Johnny Depp y Amber Heard por la demanda que el actor interpuso contra su ex alegando "difamación" a raíz de las declaraciones de esta en 'The Washington Post' donde dejó al capitán Jack Sparrow de ejercer "violencia doméstica" contra ella.
Este juicio tan excéntrico no solo ha conseguido que los usuarios de las plataformas de streaming hayan dejado de lado las series de ficción de abogados que estaban siguiendo por ser demasiado "realistas", sino que también ha logrado que Johnny Depp esté mutando en Julián Muñoz hasta límites sospechosos: con los pantalones por los sobacos, que casi les sirve de mascarilla, y con un bigote más prominente que el del señor de las patatas Pringles.
En el constante intercambio de acusaciones descarnadas hemos encontrado testimonios de lo más surrealistas, como cuando Johnny Depp denunció (con un testigo mediante) que Amber Heard se cagó, literalmente, en su cama pocos días después de romper su relación. Ella, en cambio, lo niega todo defendiendo que fue cosa del problema intestinal de su perro, fruto del atracón de Marihuana que se dio con las sobras de uno de los manojitos de Depp.
Ahora, ha sido la actriz holyywoodiense quien ha tomado la palabra para señalar a su ex de bajuno. Amber ha acusado a Johnny Depp de haber empleado Photoshop en las imágenes con las que el actor de 'Piratas del Caribe' ha tratado de demostrar ante el juez que era ella quien, según defiende, ejercía violencia física contra él.
Fotos | GTRES
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