Sí, lo admito, siento envidia, pero de la sana que conste. Ver a Rafa Nadal con su novia en Isla Mauricio gozando con los juegos acuáticos y relajandose como nadie, hace que sienta ganas de ponerme en su piel y dejar de lado el frío y las lluvias. Ains qué mal repartido está el mundo.
Después de ver que hay tenis más allá de Nadal, éste no ha perdido la ocasión de tomarse unas merecidas vacaciones con su chica en un lugar paradisiaco. La verdad es que se las merece, ha sido un año muy movidito y cargado de triunfos que hay que celebrar con los más cercanos, y para él es Xisca, su novia de toda la vida por la que bebe los vientos. Na más que veaís las imágenes entre arrumaco y arrumaco, qué salao, me pido uno de esos para Reyes. Me encanta que el tenista no haya sucumbido a las tentaciones propias de ser famoso, un gran profesional e inmensamente rico y siga con su misma novia y con una vida de lo más sencilla. Me da esperanzas ver que hay gente que, a pesar de todo, no cambia. Menos mal.
Vía y fotos | Hola